martes, 8 de octubre de 2013

Barbarijel

Cualquiera puede ser muy alto, la cuestión es que yo soy el más alto. Cuando nací fue necesario que Atlas dejase un poco más de espacio, alzando más alto la cúpula celeste para lo cual, añadieron una nueva montaña de rocas a su promontorio. Como decía, cualquiera puede ser muy alto, una jirafa normal puede llegar a medir hasta 5 metros de altura, ¡pero yo mido casi 12!, así que soy la única jirafa que puede alimentarse de las hojas de los árboles que se encuentran en las montañas.

No contento con esta especificidad que la naturaleza ha manifestado en mi cuerpo, además mi cabeza es un antiguo reloj de cuerda averiado que me confiere, el mágico o trágico poder, de parar el tiempo a mi alrededor a unos 12 metros de distancia, esta es mi arma de defensa ya que veo mal y no me doy cuenta si algún dragón intenta morderme, al acercarse se paraliza así que no tengo problemas.

Perdonad mi falta de decoro, no acostumbro a presentarme, resulta inútil ante gente paralizada, mi nombre es Barbarijel y tengo 73 años. Vivo en el mismo mundo que Yunnah la paladina y Atog el gran mago  

El sentido de mi vida es añadir matices, a este mundo que alguien ha dibujado a grandes rasgos. Un arbol comido por aquí, un cambio de posición por allí (como están quietos no se enteran de nada), en resumen, me encargo de cambiar un poco las cosas para que no sucedan siempre del mismo modo.

Soy bastante hablador pero como todas las jirafas me comunico con infrasonidos, los cuales son inaudibles para el oido humano aunque llegan mucho más lejos y me permiten conversar a kilómetros de distancia.

Supongo que tarde o temprano os llegarán noticias de mis aventuras así que no os perderé de vista. Tengo una manecilla de reloj apuntando a cada uno de vosotros. Así que cuidad el planeta, supervitaminarse y supermineralizarse y escapad de los peligros que nos acechan...

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