jueves, 10 de octubre de 2013

Literatura y compromiso: hacer preguntas para buscar respuestas



El artículo de Isabel Tejerina traza una líneas sobre la función más social y comprometida tanto de la literatura como de la escuela y los docentes. El texto, escrito a principios de siglo XXI, realiza una pequeña introducción en la que se refleja la convulsión y la multitud de conflictos que atenazaban al planeta (conflictos que siguen vigentes y que en muchos casos se han agravado) así como el surgimiento de movimientos renovadores por una parte de la sociedad sin más ideologías que la solidaridad entre los pueblos, la repulsa hacia las terribles injusticias y la lucha contra el statu quo establecido.

La escuela no puede permanecer inmóvil ante la aspiración de un mundo mejor, tampoco es la salvación que todo mortal espera pero debe ejercer las bases, propiciar y potenciar la creación de inercias positivas que, desde la cotidianidad, favorezcan el surgimiento de una “justicia global indispensable”

En cuanto a la literatura, según la autora, existen dos corrientes, una que propugna la creación de textos asépticos, y otra que defiende la “literatura social”. La autora defiende la literatura como un hecho estético y artístico que no debería adoctrinar pero entiende que la neutralidad es imposible y que siempre, bajo cualquier texto, subyace la ideología del que lo escribe.

Considera necesaria una literatura moral, es más, afirma que para ser buena literatura debe ser moralizante y defiende la creación de una literatura “crítica y transformadora” pero, a la vez, critica la irrupción masiva de textos “creados” únicamente para aleccionar, (venga de donde venga la imposición, léase editoriales  o grupos de presión). Textos simples que resultan poco convincentes y que cuando no provocan el rechazo del alumnado transmiten valores como el “individualismo y la autocomplacencia”.

La literatura en general, continúa la escritora, pero en especial la infantil ha resultado históricamente una manera de controlar y someter a las masas bajo la ideología predominante de cada época y aún así, algunos de los textos que mayor prestigio y fama han alcanzado entre el público (como si este se rebelase) han sido textos disruptivos que propugnan la “libertad y la rebeldía”, que “satirizan a la sociedad” o que “se burlan de las instituciones más sagradas”

Es por eso que, según se relata en el artículo, no podemos caer en los errores del pasado y menos aún repetirlos. Nos encontramos ante un mundo tremendamente injusto, lleno de desigualdades y de diferencias y la escuela debe crear personas que sepan pensar y aceptar las diferencias, personas con valores pero no obligándoles a deglutir una lista de preceptos de manera descontextualizada ni con unos principios morales cambiantes y llenos de contradicciones.

Para formar personas con valores, debemos afrontar una reforma profunda y renovar por completo la manera en que nos acercamos al alumnado, dejarnos de conductas “paternalistas y dogmáticas” y afrontar los retos desde una “educación desde la diferencia” que dote a nuestro alumnado de autonomía moral y de compromiso para derribar las barreras que se levantan a su alrededor.

No se trata de rellenar libros con valores, sino de mostrarles textos genuinos que les ayuden a comprender, a hacerse preguntas y que les muestren “la ridiculez y el carácter retrógrado de los esquematismos y las estrecheces ideológicas”

Por ello, la autora nos anima y recomienda contribuir a la formación de nuestro alumnado con los siguientes consejos:
  • Seleccionar buenas obras clásicas y contemporáneas, las escritas para el público infantil y las que ellos han hecho suyas aun sin estar escritas con ese propósito.
  • Guiarles para que aprendan a descubrir sus enseñanzas y a cuestionarse la condición del ser humano como ser social.
  • Utilizando libros auténticos que aúnen ética, estética y con mucha fuerza interior.

"Porque los libros no van a salvar a la humanidad ni nos darán todas las respuestas, pero ampliarán nuestra comprensión de lo que somos y el conocimiento de los otros, y seguro que nos inducirán a formularnos nuevas preguntas para avanzar."

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